Mi aventura de ser docente.

¿Qué tal Roberto?; fíjese que la lectura de “la aventura de ser maestro” me he transportado a aquellas primeras clases, en que aun con la preparación del tema día a día, llegaba al aula con el temor, no tanto de hablar frente a un grupo de tantos jóvenes (ya que con la experiencia adquirida en radio, sentía que lo podía sobre llevar) , mi gran temor era: y si algún alumno me hace alguna pregunta y al intentar explicar me enredo yo misma, con mi respuesta,¿ que voy a hacer? o ¿pensaran que soy pésima profesora?, la verdad aunque no recuerdo nunca haber estado en esa situación ,el no tener experiencia, si me hacia dudar sobre mi capacidad para llegar a ser un buen maestro; el tiempo lo cura todo, pero reconozco que para llegar a sentir seguridad al dar una clase, tuve que pasar por varias etapas. También recordé, al leer sobre comunicación e interacción, uno de los semestres, en los que impartía la clase de control de gestión, y en el cual en mi planeación, especificaba visitas a empresas, con el fin de desarrollar sus habilidades, actitudes, y competencias, por medio de investigaciones, y conclusiones personales; recuerdo que era un grupo donde la mayoría de los jóvenes eran demasiado inquietos, y ha eso le agrego que se sentían intocables ( un semestre antes habían hecho renunciar a un profesor), así que el reto era: lograr de una manera sutil primero que entendieran que como profesores estamos ahí para ayudarlos a encontrar su propia identidad, que no somos sus enemigos, y en segunda hacerlos participar de una manera productiva en clase; recuerdo que tuve que dar el extra en clase, y fuera de ella, con platicas, actividades, y motivación, hasta lograr sacar el mayor provecho, ahora puedo decir con orgullo, que es uno de los grupos que mas recuerdo, y confieso de los que mas he aprendido en mi docencia. La lectura me ha parecido muy enriquecedora definitivamente lo mejor de ser maestra, es sentir esa magia día a día al terminar la clase, y ver que mis alumnos están interesados en el tema del día siguiente. Si ellos disfrutan de la clase, seguramente yo también lo haré. Creo que la frase que quisiera adoptar para mi docencia es: “pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir” Es emocionante poderme transportar, y autoevaluarme, a través de esta lectura. Gracias por la oportunidad. Blanca Leticia Álvarez C.